Sevando Carbone es líder sindical y coordinador nacional de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y asegura que cada vez son más los escritorios que se vacían en las instituciones públicas por la crisis. También dice que se incrementa el número de proyectos e investigaciones que quedan paralizados ante la búsqueda de una mejor vida en el exterior.
“Es una desgracia. Gran parte de la gente que queda es para hacer trabajo administrativo, pero los investigadores se van”, aseguró. En 2016, cerca de 50 trabajadores abandonaron sus puestos y, para este año, el número de personas que decidió probar suerte en otro destino se acerca a los 30. “Varios compañeros se han ido a Chile“, dijo.
Al coordinador de UNT lo que más le preocupa de la situación es que se pierda el aprendizaje que daban los más experimentados a quienes recién estaban asumiendo una tarea. “Nosotros procesamos imágenes satelitales, hacemos investigaciones sobre las reservas minerales del país; pero ya no hay un intercambio de conocimientos“, lamentó.
La crisis también ha golpeado la vocación docente. De acuerdo con la presidenta de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv), Lourdes Ramírez, los números de la migración crecen dentro del cuerpo docente mientras que el número de publicaciones académicas disminuye.
“En los últimos dos años, la Universidad Central de Venezuela ha perdido mil profesores; la Universidad Simón Bolívar unos 600 y la Universidad del Zulia aproximadamente 700 docentes”, aseguró a Efecto Cocuyo la presidenta de la Fapuv.
El intercambio de conocimientos y las investigaciones también se ven afectados por la crisis dentro de las aulas de las universidades. “Esto hace que la academia disminuya su calidad porque gran parte de las investigaciones se hacen desde la universidad venezolana”, indicó.
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